martes, 4 de mayo de 2010

Mijail Bajtín


Mijaíl Bajtín


Nacido en Orel, al sur de Moscú, estudió filosofía y letras en la Universidad de San Petersburgo, interesándose por la filosofía alemana. Junto a otros intelectuales creó el llamado ‘círculo Bajtin’, estudioso del pensamiento contemporáneo y de las nuevas corrientes de la ciencia. Murió el 7 de marzo de 1975 a causa de su mal estado de salud



Aportes más importantes

Hizo contribuciones originales a la nueva lingüística, la sociolingüística, la narratología, la antropología literaria e, incluso, a los estudios culturales y las construcciones hipertextuales. Uno de sus principales aportes es el del concepto de "género discursivo", grandes formas relativamente estables, de carácter cultural, que adoptan los textos para circular en la sociedad. El pensamiento de Bajtín constituye una reflexión siempre cambiante y evolutiva. Considera que no es adecuado el uso de teoría o sistema ya que se encierran en parámetros determinados y se profundiza solamente en el nivel formal de la obra. Alumbra una construcción participativa, integradora, social, en la que cabe la diversidad, la multiplicidad de voces y el escenario ‘polifónico’ (sonidos), su pensamiento supone una innovación respecto al carácter discursivo unidireccional, impositivo y dominador de la retórica clásica.

Otras teorías que ataca son el formalismo ruso que también da importancia excesiva al resultado formal de la creación literaria en oposición a la creación, que él considera se constituye en una arquitectónica (término que crea para evitar los límites que impone la teoría). La comunicación gana protagonismo, y en tanto es pensada necesariamente entre al menos dos sujetos, rompe con la tradición intelectual que concibe la esencia del lenguaje como la generación del pensamiento independientemente de la comunicación, el hablante se constituye necesariamente como sujeto dialógico, y los enunciados, formas concretas y singulares en que el lenguaje es utilizado, son las unidades reales de la comunicación discursiva.

La cultura Popular en la edad media y el renacimiento, la risa popular y sus formas, constituyen el campo menos estudiado de la creación popular. Entre las numerosas investigaciones científicas consagradas a los ritos, los mitos y las obras populares, líricas y épicas, la risa no ocupa sino un lugar modesto. Los festejos del carnaval, con todos los actos y ritos cómicos que contienen, ocupaban un lugar muy importante en la vida del hombre medieval. La representación de los misterios acontecía en un ambiente de carnaval.

Ofrecían una visión del mundo, del hombre y de las relaciones humanas totalmente diferente, deliberadamente no-oficial, exterior a la Iglesia y al Estado; parecían haber construido, al lado del mundo oficial, un segundo mundo y una segunda vida a la que los hombres de la Edad Media pertenecían en una proporción mayor o menor y en la que vivían en fechas determinadas. La ignorancia o la subestimación de la risa popular en la Edad Media de forma también el cuadro evolutivo histórico de la cultura europea en los siglos siguientes.

Las múltiples manifestaciones de esta cultura pueden subdividirse en tres grandes categorías:

1) Formas y rituales del espectáculo (festejos carnavalescos, obras cómicas representadas en las plazas públicas, etc.);

2) Obras cómicas verbales (incluso las parodias) de diversa naturaleza: orales y escritas, en latín o en lengua vulgar;

3) Diversas formas y tipos del vocabulario familiar y grosero (insultos, juramentos, lemas populares, etc.).

Estas tres categorías, que reflejan en su heterogeneidad un mismo aspecto cómico del mundo, están estrechamente interrelacionadas y se combinan entre sí, el núcleo de esta cultura, es decir el carnaval, no es tampoco la forma del espectáculo teatral, y, en general, no pertenece al dominio del arte. Está situado en las fronteras entre el arte y la vida. En realidad es la vida misma, presentada con los elementos característicos del juego, el carnaval de la Edad Media, que representó, con más plenitud y pureza que otras fiestas de la misma época, la idea de la renovación universal, es la segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa. La segunda vida, el segundo mundo de la cultura popular se construye en cierto modo como parodia de la vida ordinaria, como un "mundo al revés".

Las festividades siempre han tenido un contenido esencial, un sentido profundo, han expresado siempre una concepción del mundo. Las fiestas tienen siempre una relación profunda con el tiempo, se convertía en esta circunstancia en la forma que adoptaba la segunda vida del pueblo, que temporalmente penetraba en el reino utópico de la universalidad, de la libertad, de la igualdad y de la abundancia, era el triunfo de la verdad prefabricada, victoriosa, dominante, que asumía la apariencia de una verdad eterna, inmutable y perentoria, tenía por finalidad la consagración de la desigualdad, a diferencia del carnaval en el que todos eran iguales y donde reinaba una forma especial de contacto libre y familiar entre individuos normalmente separados en la vida cotidiana por las barreras infranqueables de su condición. También se elaboraban formas especiales del lenguaje y de los ademanes, francas y sin constricciones, que abolían toda distancia entre los individuos en comunicación, liberados de las normas corrientes de la etiqueta y las reglas de conducta, creaban un tipo especial de comunicación a la vez ideal y real entre la gente, imposible de establecer en la vida ordinaria. Era un contacto familiar y sin restricciones.

El lenguaje familiar de la plaza pública se caracteriza por el uso frecuente de groserías, o sea de expresiones y palabras injuriosas, a veces muy largas y complicadas las cual degradaban y mortificaban a la vez que regeneraban y renovaban, se convirtió en cierto modo en receptáculo donde se acumularon las expresiones verbales prohibidas y eliminadas de la comunicación oficial. A pesar de su heterogeneidad originaria, estas palabras asimilaron la cosmovisión carnavalesca, modificaron sus antiguas funciones, adquirieron un tono cómico general, y se convirtieron, por así decirlo, en las chispas de la llama única del carnaval, llamada a renovar el mundo

Comentario: Mijaíl Bajtín nos muestra una teoría que incentiva a la liberación del alma, cuerpo y lenguaje de una persona. Durante el carnaval podemos ver como las personas no tienen distinción de ningún tipo, y son iguales, como también se nota que desarrollan un lenguaje determinado para el lugar y la época especial. Bajtin se va contra los formalismos y le da un valor a toda aquella creación que sea estimulada por el alma del hombre

Recomendaciones: Bajtin recomienda que el ser humano deje las formalidades y los marcos conceptuales y emprenda un viaje a un segundo mundo; donde la realidad es una parodia, en el que encuentre su verdadera libertad y no haya discriminaciones de ninguna clase, por lo tanto es importante llevar nuestras ideas a un nivel más alto, donde la imaginación impere sobre las ideas estéticas y rígidas de la época.

Bibliografía:

Tzvetan Todorov, M. Bakhtine, le principe dialogique, París, Le Seuil, 1981.
Gary Saul Morson y Caryl Emerson, Mijail Bakhtin. Creation of Prosaics, Stanford, Stanford University, 1990
Michael Holoquist, Bakhtin and his World, Londres-Nueva York, Routledge, 1990.
CARNAVAL - RITOS Y CULTOS CÓMICOS - LA LITERATURA PARÓDICA.
La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. (Fragmento).

1 comentario:

  1. Gracias, soy David Greeneyes y necesitaba hacer un trabajo sobre los aportes más importantes en lectura, escritura y lenguaje de este señor y gracias a esta publicación, a su publicación pude hacerlo; esta muy bueno, me sirvió de mucho y pues gracias de nuevo.

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